HILLARY PUEDE GANAR AL FINAL

marzo 13, 2008
Hasta ahora Barack Obama ha ganado más estados que Hillary Clinton en la contienda por la candidatura presidencial del partido demócrata de los Estados Unidos, pero Hillary ha triunfado en los estados más grandes, con mayor población, número de electores y delegados.

La candidatura presidencial en el partido demócrata es una elección en segundo grado. Se eligen delegados en proporción a la población de cada estado y se requieren 2025 a nivel nacional para obtener la nominación presidencial. Las elecciones se hacen estado por estado y conforme a un calendario preestablecido durante varios meses. Obama está ligeramente arriba en los resultados contados hasta el presente en la mayoría de los estados, con 1611 delegados alcanzados versus 1487 de Hillary.
Si en las primarias de los estados que quedan se siguen repitiendo las cifras que hemos visto, con Obama ganando 60-40 en los estados pequeños e Hillary 55-45 en los estados más grandes, ninguno de los dos candidatos logrará los 2025 delegados requeridos.
En este caso, y si la diferencia entre Hillary y Obama se mantiene en aproximadamente 100 a 150 delegados, la decisión final de quién será el candidato presidencial recaerá en lo que se denominan los “superdelegados”. Estos son los demócratas que hayan sido líderes y autoridades del partido, ex presidentes de los Estados Unidos, gobernadores de estados en ejercicio, senadores y miembros de la cámara de Representantes del Congreso actualmente, y los miembros del Comité Nacional del Partido Demócrata. En total son 796 “superdelegados”. 444 han pronunciado ya su apoyo a uno de los dos candidatos, la mayoría por Hillary. Aunque la lista varía día a día, por los momentos, 207 “superdelegados” apoyan a Obama y 237 a Hillary. Faltan por decidir 338 “superdelegados”. Virtualmente, ellos decidirán la candidatura presidencial demócrata.
En este instante, los triunfos en los estados Mississippi y Wyoming han vuelto a impulsar a Obama, pero las encuestas más recientes le dan ventaja a Hillary en estados grandes faltantes como Pennsylvania.
La campaña de Obama se ha centrado en convencer a todos que su candidatura presidencial es imparable, pero Hillary, después de los triunfos de Ohio y Texas rompió este esquema y hoy una buena parte de la opinión pública norteamericana expresa que no se sabe quién pueda ganar esta última etapa.
Este escenario favorece a Hillary porque le permite a los “superdelegados” que la respaldan y que por los momentos son más de los que apoyan a Obama, votar por su candidata sin temor a que los acusen de ir contra los votos de las bases del partido demócrata.La mayoría de los analistas norteamericanos señalan que no es factible ganar la presidencia de los Estados Unidos sin contar con los estados con mayor número de votos electorales, precisamente los que Clinton ha ganado, entre ellos New York, California, New Jersey, Ohio, Texas, Michigan o Florida y por otra parte, algunos estudiosos calculan que Hillary, dado que ha ganado en los estados más populosos, llegará a las finales con menos delegados que Obama pero con más votos populares. Otras encuestas indican que el 25 % de los votantes demócratas de Hillary en las primarias preferiría votar por el candidato republicano si Obama gana las internas, mientras que solamente el 10 % de los seguidores de Obama votarían por el republicano en el mismo caso, por lo que Hillary representaría mejor opción para ganar la presidencia de los EEUU. Estos argumentos son fuertes y serán tomados en cuenta por los “superdelegados” porque lo que quiere el liderazgo institucional del partido demócrata es ganarle las elecciones a John McCain, el candidato republicano que será un hueso duro de roer. Seguimos pensando que al final la maquinaria Clinton se impondrá.
Vladimir Gessen.
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DOS FOTOGRAFIAS DE LOS ESTADOS UNIDOS

enero 31, 2008
Foto uno: En el campo político, este año es electoral. De triunfar los demócratas será la primera vez que gobierne una mujer o un afroamericano el país más poderoso de la tierra.

En lugar que pensar sí debe ser un miembro del partido demócrata o del republicano quien gobierne a los Estados Unidos de América, pareciera más importante para sus ciudadanos, sí es una dama o un afroamericano quien pueda ser el presidente. La campaña del partido demócrata ha interpretado muy bien el deseo de cambio que se siente en el pueblo norteamericano y mantiene en la escena a una dama, Hillary Clinton y un afroamericano, Barack Obama, para reforzar la imagen de innovación y transformación, además de lo que significaría pasar de una administración conservadora a una liberal. Al final de la campaña interna, la maquinaria política, económica y mediática de los Clinton debe lograr la nominación de Hillary y los seguidores de Barack Obama y de otros precandidatos demócratas, se sumarán al regreso de los Clinton a la Casa Blanca.
En los medios de comunicación la percepción que se tiene es que son más conocidos los candidatos demócratas que los del partido republicano, donde encabeza John MacCain, pero compitiendo con Mitt Romney, un hombre exitoso y con fuerza suficiente para ganar.
Si al final de las primarias, entre los republicanos se impone MacCain, los independientes y moderados que desean el cambio podrían votar por el, pero el problema que confrontará es que se alejarían los más conservadores que podrían abstenerse de participar, en buena medida. Si gana Mitt Romney, atraería a los conservadores, pero los independientes pro cambio podrían votar por el partido demócrata.
Por ello, Hillary Clinton, tiene la primera opción, no solo entre demócratas sino además, para alcanzar la presidencia de los EEUU.

Foto dos: En el campo económico, los estadounidenses tienen razones para estar preocupados. El aumento del desempleo, la crisis en el mercado inmobiliario, entidades financieras anunciando pérdidas mil millonarias, bajas significativas en la bolsa, frenazo en el desarrollo de la economía y el debilitamiento del dólar, nos indican depresión económica.
El inversionista George Soros afirmó que será difícil impedir la recesión y Howard Davies, director de la Escuela de Economía de Londres, dijo que no hay ninguna posibilidad de evitarla. Sin embargo, es bueno saber que desde 1945, Estados Unidos ha sufrido 10 recesiones, todas pasajeras, y siempre se ha recuperado.
El mayor crecimiento económico ocurre en épocas de paz y el déficit y la recesión aumentan en períodos de guerra.
El premio Nóbel de Economía, Joseph Stiglitz ha dicho que algunas perturbaciones económicas han sido causadas por la guerra en Irak, como la subida de los precios del petróleo con todas sus consecuencias.
Alan Greenspan y otros cerebros de la economía piensan que las probabilidades de la recesión son del 50 por ciento y el Fondo Monetario Internacional opinó que EEUU no caerá en recesión.La Reserva Federal disminuyó las tasas de interés y la Casa Blanca y el Congreso, están implementando medidas para estimular la economía, que incluye subsidios directos a los contribuyentes, lo que permitirá suavizar el impacto del reacomodo económico. Sea recesión o ajuste del mercado, lo cierto es que los estadounidenses tienen que prepararse para el momento de las vacas flacas que les viene y esperar el próximo auge de la primera economía del mundo.
Vladimir Gessen

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